Akane Yamamoto nació en 1977 en Kanazawa, Japón.
En 1999 comenzó de manera autodidacta a aprender Kirikane. Un año posterior estudió Kirikane con Eri Sayoko, titular de Propiedad Cultural Intangible. Luego, se graduó del curso de Nihonga (Pintura Tradicional Japonesa) en el Departamento de Bellas Artes, Facultad de Bellas Artes, Universidad de Artes de la Ciudad de Kioto. Además, ejerció como profesora de la Universidad de Artes y Diseño de Kyoto. Años después, incursionó en el trabajo en vidrio y se graduó del Programa de Estudios de Certificación en Vidrio, Instituto de Arte en Vidrio de la Ciudad de Toyama.
Akane es conocida a nivel internacional por haber trasladado la técnica milenaria Kirikane y trasladarla al vidrio. ¿Qué la motivó? mantener la tradición artística intacta para poder ser disfrutada por futuras generaciones. Hoy llaman a este nuevo modo de practicar Kirikane ‘Kirikane Glass’.
El ‘Kirikane Glass’ ha transformado el Kirikane bidimensional en una forma tridimensional. La tridimensional del vidrio hace posibles superponer y combinar varias estructuras. Además, expande las posibilidades al sumar variedad de colores y variedad de formas. La artista considera que el Kirikane dentro del vidrio se libera de su papel tradicional como elemento decorativo y comienza a expresarse libremente. Las complejas refracciones similares a las de un caleidoscopio y el resplandor reflectante de una pieza se calculan de antemano y a veces la pieza terminada es incluso más hermosa de lo imaginado, declara Yamamoto.
Akane es conocida por realizar en vidrio con dicha técnica la novela milenaria ‘El cuento de Genji’. ‘El cuento de Genji’ es una obra clásica de la literatura japonesa escrita a principios del siglo XI. La obra se concentra en la vida romántica de Genji y describe las costumbres de la sociedad aristocrática de la época. Algunos teóricos la consideran la primera novela escrita. La artista conoció la obra en la escuela secundaria y desde aquel momento la ha cautivado; es una activa relectora de la novela y admite descubrir nuevos elementos en cada lectura.
La serie de esculturas recrea a partir de la abstracción grandes escenas de cada uno de los 54 capítulos. A principios del 2010 diseñó las imágenes y comenzó a realizarlas considerando que técnicas dominaba. Frente a cada pieza fallada, anotaba cómo realizó el proceso con el fin de poder desarrollar la técnica de una manera superior en el siguiente capítulo; la artista se encuentra en constante devenir. De este modo, cada capítulo permite descubrir una nueva técnica y, a través de este trabajo.
Fuente: https://akane-glass.com/