
Desde el norte de Bohemia, el escultor Jaroslav Prosek transforma el vidrio en una materia viva, donde la precisión técnica y la emoción se encuentran. Con un pasado industrial y un presente artístico, su obra encarna la evolución del vidrio checo hacia un lenguaje contemporáneo de pureza, luz y equilibrio.
Su historia no es la del artista clásico. Prosek se formó en fábricas, aprendiendo a resolver problemas técnicos antes de crear belleza. Fue en la empresa Crystal Caviar donde descubrió que el vidrio podía ser mucho más que un material funcional: podía contener la esencia del arte.
Hoy, desde su taller en Ceska Lipa, crea esculturas que combinan vidrio, acero, madera o mármol, inspiradas en el mar, la navegación y las formas naturales. Cada pieza nace de un modelo en madera y se transforma, tras un largo proceso de fusión y pulido, en un objeto de silenciosa perfección.
Su obra mantiene el rigor de la tradición bohemia, pero con un espíritu nuevo: minimalista, contemporáneo, abierto al diálogo con la luz. Jaroslav Prosek pertenece a esa generación de creadores que renueva el vidrio checo sin romper con su herencia, demostrando que la técnica puede ser tan poética como el arte mismo.
Web: https://jaroslavprosek.com/
Instagram: @prosek_jaroslav

















