El pasado mes de Junio se llevó adelante el Congreso Iberoamericano Mujeres en el Vidrio, allí se presentaron numerosas artistas del vidrio. En esta ocasión escucharemos sobre la experiencia de trabajar con vidrio reciclado de la mano de la artista Cecilia Núñez.
El pasado junio se celebró el Año Internacional del Vidrio y el 25º aniversario de la fundación del Museo de Arte en Vidrio en Alcorcón de una manera muy especial, con el Congreso Iberoamericano en torno a las Mujeres en el Vidrio, Artistas y Científicas.
El objetivo principal del encuentro fue crear nuevos vínculos y reforzar existentes entre las profesionales del mundo del vidrio. Arte y ciencia se unieron para conmemorar el universo del vidrio.
Entre las artistas participantes, se encuentra la argentina Cecilia Núñez. La artista es egresada de la Universidad Nacional de Rosario, con especialidad en grabado. Posteriormente se formó en las técnicas de vidrio fundido en horno, casting y vidrio pate de verre. Al tiempo, realizó cursos y talleres en La Cárcova, y en la Escuela Municipal Vidrio de Berazetegui con Silvia Levenson, Karina del Savio y Paula Lekerman, entre otros grandes profesores.
La obra de Cecilia Núñez indaga el objeto escultórico contemporáneo mediante la combinación de técnicas del vidrio fundido en horno y el ensamble.
A partir de ciertas operatorias deconstructivas y el calcado de tramas textiles de marcas comerciales, originales y de imitación. Investiga las morfologías, la iconografía del consumo, los límites de los objetos y sus materialidades, para luego someterlos a una secuencia de reutilización y reciclaje que potencian la metamorfosis de los mismos.
La huella de lo emocional, las cargas y energías propias de los objetos, sus mapas y territorios se cristalizan en los relatos y las múltiples connotaciones que discurren en la observación detallada de cada pieza.
Acerca de la incorporación de vidrio reciclado en su obra Cecilia dice:
“En mi caso lo que para muchos era basura o residuo, restos de vidrio de parabrisa recogidos en plena calle, los descartes de mesas y escalones y ventanas, botellas no retornables, para mi tenían otra lectura, que era mucho mas que material simple para trabajar. Tenía que ver con la acción, con lo que luego se hizo un habito de recolectar.”