"Me interesa la relación entre el individuo y la sociedad en la que está inmerso. En particular en situaciones extremas o socialmente marginales".
Para Claudia Vitari ( 42, Turín, Italia) el arte representa un medio para hacer visible aquello que no lo es, analizando realidades aparentemente marginales. Su objetivo desde lo personal y artístico es intentar comprender la sociedad en la que vivimos.
“Mi intención es comunicar de manera estética y poética, dando sugerencias para reflexionar y hacerse una idea propia sobre el funcionamiento de nuestra sociedad”, explica.
Al ver el trabajo de Claudia, verán que por debajo de la superficie, hay más y más: “Me interesa investigar y descubrir informaciones más profundas, escondidas entre las capas de vidrio: allí están los distintos niveles de las historias recopiladas”.
Para llegar hasta allí, Claudia ocupa gran parte de su tiempo en investigar y hacer trabajo de campo, ahonda en situaciones complejas de las sociedades.
“Busco historias de vida consideradas a veces secundarias y les doy voz, recogiendo durante meses, a veces incluso años, materiales de diferentes tipos: entrevistas, dibujos, diálogos, libros.” nos cuenta.
Entrevista
¿Podrías contarnos cómo fue tu formación? ¿Cómo llegaste hasta acá?
Desde los años de mis estudios en la Universidad Burg Giebichenstein de Halle an der Saale en Alemania (Máster en pintura y Artes Gráficas en 2004), he dirigido mi práctica artística a la investigación de la relación entre el individuo y la sociedad en la que vive, analizando los sentimientos humanos, a partir de situaciones extremas o socialmente marginales.
Mis primeros trabajos cuentan experiencias vividas dentro de estructuras institucionales, como el hospital psiquiátrico de Halle an der Saale en Alemania ( MELANCHOLIE, 2002) y el Instituto Penitenciario Lorusso e Cutugno en Turín (PERCORSOGALERA, 2008-2009).
El proyecto Las Ciudades Invisibles (2010-2013), se llevó a cabo en colaboración con Radio Nikosia en Barcelona. Esta iniciativa aborda el tema del diagnóstico institucional y psiquiátrico a través del testimonio de personas que lo han experimentado: los usuarios reclaman su identidad a través de su experiencia en un programa radiofónico totalmente organizado por ellos. Radio Nikosia está además gemelada con La Colifata en Argentina.
He estado colaborando activamente en la radio durante varios años, recopilando también los testimonios de los protagonistas. El intento de esta obra es la re-articulación de la lógica de la catalogación científica de herencia lombrosiana y de la génesis lingüístico-discursiva de la narración dominante sobre la marginación. La instalación esta confirmada por módulos de vidrio y hierro en forma de cajas contenedoras de los individuos. Ellos se describen con textos y nunca está mencionado si tienen un diagnóstico de trastorno mental.
Desde 2014 ( fecha en la que me mudé a Berlín) me ocupo de la migración, es decir, de las personas que solicitan asilo. La idea surgió de la observación de la vida y las protestas de un grupo de personas migrantes (principalmente de países africanos) que coordinaban manifestaciones y la ocupación de una plaza, Oranienplatz (O-Platz, Identità Interstiziali, 2014-2019).
Más tarde, empecé también a visitar varios campos de refugiados de Berlín (Identità Interstiziali, Osservazioni, 2019-ongoing), centrando mi análisis en la vida y los problemas de personas que solicitan asilo en diferentes países, personas que deciden no protestar, sino solo esperar.
La estructura de este último trabajo está basada en un laboratorio de química. Esferas (frascos) de vidrio soplado y conexiones (trípodes) de metal. He sintetizado en el vidrio diferentes elementos de la identidad de los individuos representados. Retratos y textos, viejos y nuevos recuerdos, identidad colectiva e individual, así como textos burocráticos. Es la representación de una metafórica reacción química en la que las moléculas producidas son seres humanos, sintetizadas a partir de los elementos de sus experiencias individuales influenciadas por el exterior y la burocracia.
Técnicamente, encuentro interesante la fusión entre dibujo, escultura e instalación, para crear un juego de atmósferas, sonidos y elementos bidimensionales y tridimensionales. Trabajo con materiales transparentes como resina o vidrio, y técnicas gráficas como serigrafía, fotografía y dibujo, enmarcando todo en estructuras de hierro. A través de la transparencia, las instalaciones adoptan una función de lente para observar la realidad a través de historias cristalizadas. La resina y el vidrio son materiales fluidos y diáfanos que contrastan con el hierro que, al ser más rígido y frío, representa el entorno institucional.
Me apasionan los textos de Erving Goffman, Kafka, Foucault, Fanon o incluso escritos épicos o antiguos como la epopeya de Gilgamesh.
Cuando necesito inspiración vuelvo a mirar obras de maestros antiguos y clásicos como Leodardo Da Vinci, Michelangelo, Caravaggio, Gericaut, Goya, Rembrandt, Dürer , Bosch y Piranesi.
Entre los artista más contemporáneos que me gustan puedo nombrar William Kentridge, Louise Bourgeois, Christian Boltanski, Giuseppe Penone pero también hay muchos, muchos más que me gustan.
Y de los que trabajan con vidrio y que tengo además el placer de conocer personalmente y cuyo trabajo me inspira y gusta mucho, están Sybille Peretti y Stephen Paul Day, Easa Bjork Thorarinsdottir y entre vuestras connacionales por supuesto Silvia Levenson y Natalia Gerschcovich.
¿Cómo llegaste al vidrio? ¿Qué técnicas utilizas?
El curso de estudio universitario que elegí fue pintura, sin embargo, Ulrich Reimkasten, mi profesor en Burg Giebichenstein en Halle an der Saale, notó desde el primer año de mis estudios que el dibujo, las técnicas gráficas y el procesamiento de materiales en forma escultórica y tridimensional me convenían y divertían más. Me aconsejó por lo tanto que experimentara con el vidrio (la Universidad Burg Giebichenstein también tiene un apartado de arte en vidrio) y que combinara el dibujo con el uso instalativo de este material por medio de la serigrafía.
Después de graduarme, elegí seguir varios cursos de especialización con artistas que influyeron en mi enfoque sobre el vidrio: Stephen Paul Day, Daniel Urquin, Silvia Levenson, Madeline Prowd, Julius Weiland y Aesa Bjork Thorsteindottir. Aprendí técnicas de fusing, casting, fotografía y técnicas gráficas en vidrio. También experimenté con técnicas básicas de vidrio soplado. En cuanto al vidrio soplado, prefiero apoyarme en personas que dominan muy bien la técnica; trabajé en varias ocasiones con Peter Kuchinke en la ejecución de muchos de mis proyectos artísticos con la técnica de roll up.
La finalización de los trabajos en frío nace desde una colaboración constante con Samuel Weisenborn, que también fue mi compañero en la Universidad. La colaboración con Peter y Samuel, que espero siga continuando en el futuro, es una de las fuentes de inspiración más fuertes que he tenido en el mundo del vidrio a nivel técnico, humano y artístico.
¿Cómo es ese proceso creativo?
Comienzo analizando el tema a través de diferentes puntos de vista culturales: un examen histórico, literatura específica, narrativa, textos informales, películas, todo para comprender mejor de lo que estoy hablando y así definir un puente íntimo con el espectador.
Luego empiezo a documentar las historias individuales, entrevistar a las personas, pedirles que se describan a sí mismas y les hago retratos. Por lo tanto, la creación se convierte en un medio de comunicación.
Normalmente, lo que se recuerda a nivel histórico, sociológico o científico es un cierto tipo de conocimiento global. Hablo de lo que normalmente permanece invisible: recuerdos individuales, historias personales que, si se analizan, pueden formar parte de una historia social más amplia. Considero que estas realidades existen debido a la sociedad que hemos creado.
“Para mí al principio fue difícil a nivel emocional transitar esta pandemia. No fue para nada un momento de inspiración y trabajo en tranquilidad en el taller como le pasó a otros artistas que conozco. He sentido el peso de la responsabilidad hacia los demás seres humanos y al mismo tiempo impotencia y frustración.
He intentado trabajar desde casa, dibujar, hacer trabajos más sencillos, contar cosas con menos medios expresivos, centrándome en materiales y mensajes claros. “
¿Qué te aporta Alemania como artista?
Desde el punto de vista de las ventas, Berlín no es el mejor lugar para vivir en Alemania. El coleccionismo es más importante en las ciudades más ricas. La ciudad está llena de artistas de todas las disciplinas y de todo el mundo. Por un lado esto significa que hay mucha competencia, pero por otro lado, hay mucho fermento e ideas. El Estado alemán invierte en arte y especialmente en artistas emergentes o de media carrera y no famosos, mucho más que Italia y España (países en los que he vivido).
También las universidades son muy buenas y para nada caras. Hay muchos incentivos y ayudas estatales para los artistas y concursos de arte público. Además hay realidades de barrio como las galerías municipales que pagan un honorario a los artistas por exponer allí.
¿Qué otras actividades hacés?
En mi trabajo artístico hablo de temas de denuncia porque también participo en grupos de activismo local. El grupo con lo que colaboro actualmente se llama Lager Mobilization Network. Unimos el discurso político a lo social organizando cenas y encuentros informativos o espacios de intercambio para practicar y aprender el alemán, pero también visitamos los centros de acogida y colaboramos en la organización de protestas cuando es necesario.
También soy dogsitter de vez en cuando porque adoro a todos los perros y los animales en general.
¿Cuáles son tus planes a futuro?
Tengo ganas de experimentar. En estos últimos meses me quedó más claro que nunca que la vida es incierta y fugaz, y por esto quiero recuperar las ganas de crear de manera más libre y de hablar de los temas que son importantes para mí. Hoy en día los artistas tenemos que ocuparnos mucho de tareas relacionadas con nuestro trabajo ( como el marketing, el diseño gráfico, la comunicación, los transportes, las subvenciones ) que sin embargo matan a la creatividad porque un artista no debería ser, en mi opinión, un empresario o el agente de sí mismo.
Quiero seguir trabajando con el tema de personas solicitantes de asilo y personas sin hogar, contando historias personales y al mismo tiempo analizando cómo funcionan las estructuras de acogida, cuál es el papel de las empresas privadas en todo esto y cuáles son las razones sociales e históricas de este y otros tipos de exclusión social.
¿Cómo crees que afectó el COVID-19 al ámbito artístico?
El covid trajo muchos cambios en todos los aspectos de la vida y del trabajo. De repente (y creo que esto no solo nos pasó a los artistas) nos hemos visto obligados a más introspección y al mismo tiempo a reflexionar sobre el exterior desde otra mirada: cómo funciona el mundo, en qué condiciones está el planeta, las incongruencias del capitalismo, la precariedad de la vida. Sinceramente espero que el arte como medio de comunicación pueda aportar importantes denuncias con respecto a estas reflexiones y que este momento no sea sólo otra ocasión más para olvidarse de los problemas reales y aprovecharse de los más débiles.
Para mí al principio fue difícil a nivel emocional. No fue para nada un momento de inspiración y trabajo en tranquilidad en el taller como le pasó a otros artistas que conozco. He sentido el peso de la responsabilidad hacia los demás seres humanos y al mismo tiempo impotencia y frustración. He intentado trabajar desde casa, dibujar, hacer trabajos más sencillos, contar cosas con menos medios expresivos, centrándome en materiales y mensajes claros.
Aunque muchas de las exposiciones y residencias fueron canceladas, no me fue mal con la venta, incluso mejor que en otros momentos. Yo creo que fue tal vez porque la gente estaba mucho en casa delante del ordenador y muchos siguieron una expo online que hice con la galería que me representa en Turín ( Raffaella de Chirico Contemporary), y un poco porque algunas personas se acercaron más a los temas que trato en mi trabajo: el funcionamiento de algunas estructuras institucionales, la reclusión, la marginalización de personas.
He observado que los artistas y las galerías han tenido que inventar nuevas maneras de comunicarse con el público. En mi experiencia la expo online fue sorprendentemente más profunda que un simple vernissage. Analizamos mucho más los temas tratados en mi obra a través de las redes sociales, profundizando cada día en un aspecto diferente. Creo que esta puede ser una buena manera de utilizar las redes sociales. Galerías y museos en este momento tuvieron que pensar más en este tipo de comunicación. Espero que todo esto no se quede en una simple acción de marketing y que muchos utilicen estas herramientas con un enfoque más cultural elevando el nivel comunicativo, como también hacéis vosotros.
Más info: https://www.enterart.com/artists/claudia-virginia-vitari/