"Soplar vidrio recién a los 40 años fue una mezcla de sentimientos entre euforia y rabia por no haberlo hecho antes".
El artista Ricardo Hoineff (52, Brasil) dejó las cálidas playas de Río de Janeiro en los 90´ y se fue a vivir a República Checa para formarse como escenógrafo. Después muchos años de estar ahí, tomó contacto con el vidrio de forma casual y esto le dió un giro total a su vida. Lo entrevistamos vía mail desde su taller en Nový Bor, la cuna del vidrio checo.
Sos brasilero y por estudios te fuiste a vivir a República Checa. ¿Cómo fue ese cambio y por qué te quedaste?
Sí, llegué a Checoslovaquia en 1991 y terminé la universidad en escenografía y la maestría en 1998. Tenía 30 años y casi un tercio de mi vida en Praga. Amigos, profesión y un nuevo amor…Estamos juntos desde entonces.
Te instalaste en una de las cunas del vidrio, pero lo descubriste años después. ¿Cómo fue ese primer contacto con el material y por qué te atrapó?
La historia con el vidrio es muy loca, en 2007 me invitaron a hacer una exposición que formaba parte del primer año de “Dias Tcheco Brasileiros”, un evento que une la cultura de los dos países. Este evento tiene lugar en Nový Bor, el centro del Cristal de Bohemia.
Tenía casi 40 años y por primera vez soplé vidrio. La sensación fue una mezcla de euforia y rabia. Me pregunté porque no lo había visto antes? Durante tres años pensé que era demasiado tarde para empezar a aprender una nueva profesión, ya que tenía una buena carrera como escenógrafo en televisión.
En 2010, me replanteé el tema porque el vidrio seguía dando vueltas en mi cabeza. Me anoté en un curso de dos semanas en la Escuela Técnica de Nový Bor y terminé haciendo el curso completo de tres años en Creación y producción de vidrio artístico. ¡Mis compañeros de clase tenían la edad suficiente como para ser mis hijos! ¡Fue fantástico! Aprendí soplado, grabado, pintura, corte, fusionando, tecnología y diseño de producto. Fue un aprendizaje muy completo.
Ese recorrido en el vidrio me impulsó a comprar un terreno en esta región y allí construimos una casa y mi estudio, que lo inauguré en 2018.
Imperdibles en República Checa para los amantes del vidrio
– The Museum of Decorative Arts
– Museo Portheimka con su exposición permanente de arte contemporáneo en vidrio
– Museo de vidrio y joyería en Jablonec nad Nisou
¿Qué técnicas usas?
Un poco de todo, sobre todo fusing, grabado no tradicional, pintura con lustres, técnica mixta, pero no soplo mis piezas. Empecé demasiado tarde como para ser un buen soplador.
¿Se puede vivir bien de la venta de obra en vidrio allá?
Todavía no como me gustaría. De hecho, recién abrí mi estudio en 2018, con mi horno y una investigación más constante.
Estoy mostrando mis piezas en exposiciones de museos, residencias y ferias de arte. En estas ocasiones veo directamente al público y hago contactos con los coleccionistas que vienen a mi estudio, en el campo.
También realizo piezas por encargo para arquitectos, premios para eventos como “Stardance” y otros. https://www.ceskatelevize.cz/porady/12607522764-stardance-x/
Ahora, curiosamente, a causa de la pandemia y gracias a las redes sociales, están apareciendo contactos interesantes de otros países. En pocos días estaré participando en una muestra colectiva de la trienal REFLEXE.
¿Nos podrías nombrar 6 artistas en vidrio que admires?
Tengo que empezar por el padre de Studio Glass en República Checa, a quien pocos conocen en el extranjero a causa de la Guerra Fría: René Roubicek. Admiro el constructivismo de Markéta Varadiová, el humor de Jara Šara, la poesía de Lada Semecká, la fragilidad de Anne Petters y la teatralidad de Jeff Zimmer.
Anne Petters
Jara Šara
Lada Semecká