En agosto de 2023, tuvimos el privilegio de visitar la casa-taller de Stanislava Grebenícková y Milan Handl en la República Checa. Nos recibieron con calidez, mostrándonos no solo su espacio de trabajo, sino también su proceso creativo y las obras que, de alguna manera, reflejan la conexión profunda entre sus mundos individuales. A lo largo de nuestra visita, pudimos observar cómo cada rincón de su taller y cada pieza creada habla de la fusión entre lo personal y lo artístico, en una relación marcada por la colaboración y la autonomía creativa.
Ambos artistas se formaron en el Departamento de Vidrio de la Academia de Arte, Arquitectura y Diseño de Praga, bajo la tutela del maestro Stanislav Libenský, y desde entonces el vidrio ha sido su medio de expresión primordial. Aunque sus trabajos divergen en cuanto a inspiración y enfoque, comparten un profundo respeto por la escultura en vidrio y su capacidad de capturar la luz, los colores y las emociones.
Milan Handl se distingue por su exploración de formas arquitectónicas y monumentales. Su obra, caracterizada por el uso de vidrio fundido, evoca la solidez y la majestad de templos y fortalezas. Sin embargo, también hay en su arte un componente íntimo, donde expresa admiración por la figura femenina, a través de formas que exudan fuerza y misterio. Handl crea espacios que invitan a la reflexión, donde la luz se convierte en protagonista, y cada pieza revela un mundo interno de emociones complejas y profundas.
Por su parte, Stanislava Grebenícková adopta un enfoque más íntimo y poético en su trabajo. Inspirada en elementos naturales y figurativos, Grebenícková logra plasmar en sus esculturas en vidrio una delicada tensión entre la fragilidad y el simbolismo. Su obra, en constante evolución, ha pasado de la geometría minimalista de sus inicios a una expresión más libre y colorida en sus creaciones recientes. La artista utiliza colores opacos y formas suaves para transmitir un mensaje sutilmente erótico, cargado de significado y misterio.
A lo largo de los años, Milan y Stanislava han desarrollado estilos distintivos que, aunque parten de diferentes sensibilidades, convergen en su pasión compartida por el vidrio. Mientras que Milan busca la monumentalidad y la fuerza, Stanislava encuentra en lo pequeño y lo íntimo la esencia de su expresión. Esta dicotomía entre lo masculino y lo femenino, lo monumental y lo delicado, lo visible y lo oculto, es lo que hace que su trabajo en conjunto sea tan fascinante.
El vidrio, como medio, permite que cada uno explore su universo creativo de manera independiente, pero cuando sus piezas se observan juntas, surge una armonía inesperada, una suerte de conversación entre sus visiones. En esta dualidad, donde lo masculino y lo femenino dialogan a través de la luz y el color, se aprecia el verdadero poder de su colaboración artística.
Ambos se han consolidado como referentes en el mundo del vidrio contemporáneo checo, y su obra es un testimonio de cómo dos fuerzas creativas pueden coexistir y enriquecerse mutuamente sin perder su individualidad.