La artista Veronika Kellndorfer explora la subjetividad del espacio a través de la fotografía y el vidrio, centrándose en los detalles arquitectónicos y las interacciones con la luz. Su obra invita a reflexionar sobre la modernidad, el optimismo del pasado y la fragilidad de las estructuras que nos rodean.
Veronika Kellndorfer es una artista visual nacida en Alemania, cuya obra ha explorado de manera profunda la intersección entre la fotografía, el vidrio y la arquitectura. Desde su llegada a Berlín, ha dedicado más de 20 años a investigar cómo los espacios construidos, especialmente los modernistas, se reflejan y transforman a través de la luz, la memoria y la percepción del espectador. Su enfoque único no se limita a las vistas panorámicas típicas de la fotografía arquitectónica, sino que se adentra en los detalles más íntimos, como ventanas, reflejos y superficies que invitan a una reflexión más profunda sobre cómo habitamos y experimentamos el espacio.
A lo largo de su carrera, Kellndorfer ha fotografiado varios de los íconos más reconocidos del modernismo, como la Casa Lovell Beach de Rudolph Schindler, la Casa Freeman de Frank Lloyd Wright y la obra de Lina Bo Bardi en Brasil. Sin embargo, lo que distingue su trabajo es su interés por los elementos más pequeños, casi invisibles, que componen estos espacios: las ventanas. Para ella, las ventanas no son solo elementos arquitectónicos, sino metáforas de la conexión entre lo interior y lo exterior, entre lo visible y lo oculto, creando un espacio de ambigüedad y reflexión. A través de su lente, captura las interacciones fugaces de la luz y el reflejo, invitando al espectador a un diálogo íntimo con la obra y su propio entorno.
Uno de los proyectos más recientes de Kellndorfer, Wild Windows, se adentra en la arquitectura de Lina Bo Bardi y los jardines de Roberto Burle Marx, explorando cómo la modernidad brasileña se relaciona con la naturaleza y la convivencia humana. Este trabajo, que incluye tanto fotografías como textos reflexivos, analiza cómo las construcciones de estos arquitectos fueron símbolos de una época de optimismo, pero también de fragilidad, en un mundo que parece haber cambiado drásticamente desde entonces.
El vidrio juega un papel fundamental en el trabajo de Kellndorfer, no solo como material de soporte para sus imágenes, sino como un medio que potencia la interacción del espectador con la obra. A menudo, utiliza paneles de vidrio de gran tamaño y altamente reflectantes, lo que permite que el público experimente el espacio de manera más directa y subjetiva. En sus exposiciones, la obra de Kellndorfer crea una relación dinámica entre la imagen y el espectador, invitándolo a ver y ser visto, a formar parte del entorno reflejado.
Kellndorfer ha mostrado su trabajo en una gran cantidad de instituciones internacionales, incluyendo el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego, la Pinakothek der Moderne en Múnich, y la Casa de Vidro de São Paulo, entre muchas otras. Su obra forma parte de las colecciones permanentes de importantes museos como el Hammer Museum en Los Ángeles y el Museo de San Francisco. A través de su fotografía, Kellndorfer ha logrado crear un cuerpo de trabajo que no solo celebra la arquitectura, sino que también plantea preguntas sobre nuestra relación con los espacios, la luz, y la memoria de las construcciones que nos rodean.