En el tranquilo pueblo de Consell, Mallorca, el arte en vidrio cobra vida a través de las manos expertas de Pere y Gabi Ignasi. Con más de 60 años de experiencia combinada, estos maestros del vidrio soplado, han transformado su amor por el material en esculturas cautivadoras. Desde los días de Pere observando el hipnotizante baile de bolas de vidrio en la fábrica de Campanet hasta la colaboración actual entre padre e hijo en su taller en Consell, la historia de los Ignasi es una odisea de creatividad y destreza.
La travesía artística de Pere Ignasi comenzó en su infancia en Sa Pobla, donde quedó fascinado por el ballet de bolas de vidrio candente en la antigua fábrica de Campanet. Después de pasar por experiencias formativas en Menestralia y Vidriera d’Art, Pere decidió forjar su propio camino, inaugurando su horno en 1979 en s’Hostalot. Su hijo, Gabi, imbuido desde joven en el mundo del vidrio, seguiría sus pasos, marcando el inicio de una colaboración artística única entre generaciones.
Cada domingo, Pere y Gabi abren las puertas de su taller y galería en Consell, Mallorca, compartiendo con el público la magia y la versatilidad del vidrio. Según Gabi, el vidrio es un material adictivo que, una vez dominado, cautiva. En este taller, exploran el vidrio soplado y modelado de manera no convencional, combinando técnicas para dar vida a formas sugerentes y esculturas que desafían la fragilidad del material.
El control preciso de la gravedad y la temperatura se convierte en una danza coreografiada en el taller de los Ignasi. El vidrio exige destreza y rapidez en la ejecución. Pere y Gabi, como virtuosos en esta danza, destacan la importancia del trabajo en equipo para multiplicar las posibilidades creativas. Cada pieza es el resultado de una planificación cuidadosa y un diseño previo, antes de que el vidrio alcance su punto de fusión.
El taller de los Ignasi no se limita a las formas tradicionales del vidrio. Gabi destaca la importancia de llevar el vidrio al exterior, arriesgándose con grandes esculturas móviles inspiradas en Alexander Calder, precursor del arte cinético. Conectadas por alambres finos o suspendidas en el aire, estas esferas danzan en armonía con el viento, desafiando el peso y el equilibrio.
En el exuberante jardín de su taller, que se ha transformado en un fascinante parque de esculturas móviles, Pere y Gabi Ignasi han llevado el arte en vidrio a nuevos horizontes. Aquí, donde cada rincón cuenta la historia de su dedicación y maestría, el vidrio se convierte en una manifestación vívida de creatividad ilimitada.
Las grandes esculturas móviles se alzan como testamentos vivientes de la destreza técnica y la imaginación desbordante de los Ignasi. Conectadas por alambres finos o suspendidas en el aire, estas esferas danzan en armonía con el viento, desafiando el peso y el equilibrio en un espectáculo que cautiva a los visitantes.
Cada día, al contemplar el parque de esculturas, Pere e Gabi no solo sienten una satisfacción increíble, sino que también invitan a los espectadores a sumergirse en un mundo donde el vidrio se convierte en una expresión artística en constante evolución. En este rincón de Consell, los Ignasi continúan escribiendo su historia, explorando las posibilidades infinitas del vidrio y creando un legado de belleza que trasciende la fragilidad del material.
