Antoine Rault, un artista verrier apasionado, ha recorrido un camino impresionante en el mundo del vidrio. Desde sus humildes inicios manipulando tubos de neón hasta su profunda inmersión en la técnica de la Pâte de verre, su viaje artístico es un testimonio de su dedicación y evolución constante. Con su taller anclado en Sauveterre de Rouergue, Antoine continúa fusionando su creatividad con la magia del vidrio, dejando su huella única en el mundo del arte vidriero.
Nacido en 1983 en Lorient, Antoine Rault se sumerge en el mundo del vidrio en 1999, durante su formación en la fabricación de señales luminosas y señaléticas, especializándose en la manipulación de tubos de neón. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que su curiosidad lo llevara más profundamente en el intrigante y versátil mundo del vidrio.
Dos años después, con su Certificado de Aptitud Profesional (CAP) en mano, el artista encuentra su camino hacia el Lycée Professionnel Jean Monnet en Yzeure/Allier, donde se enrola en la sección Brevet des Métiers d’Art con énfasis en vidrio soplado. En este ambiente, Antoine explora el arte de la soplatura de vidrio, así como sus diversas aplicaciones creativas, incluyendo técnicas como el tallado, el Fusing y el vitral.
En 2002, tras un año en la escuela y después de un enriquecedor período de prácticas con Raphaël Farinelli en Biot, Antoine decide reiniciar su formación desde cero en el mismo taller. Este lugar sería su hogar durante los próximos dos años, donde alternaría entre el aprendizaje práctico en el taller y las lecciones teóricas en el CERFAV (Centre Européen de Recherche et de Formation aux Arts Verrier – Vannes le Châtel). Fue durante esta época que tuvo su primer encuentro con la técnica de «Pâte de verre» (vidrio en pasta). Después de varios años trabajando como soplador de vidrio en varios talleres, Antoine decide apartar la soplatura para concentrarse exclusivamente en la técnica de la Pâte de verre.
En 2011, Antoine Rault da un paso audaz y abre su propio taller, que hoy encuentra su hogar en Sauveterre de Rouergue, en la región de Aveyron. La elección de trasladar su taller a Aveyron marca un nuevo capítulo en su viaje artístico y un hito en su compromiso con la Pâte de verre, una técnica que se convirtió en su pasión. Su relación con el vidrio evoluciona constantemente, demostrando su dedicación y su deseo de explorar los límites de este material cautivador.
El 2004 resulta ser un año crucial en la historia de Antoine, ya que durante una exposición dedicada a la obra de vidrio de Daum, descubre la técnica de «Pâte de verre». Este encuentro le impacta profundamente, abriendo nuevas posibilidades estéticas y artísticas que lo inspiran a adoptar esta técnica como parte de su repertorio.
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