El artista londinense Elliot Walker descubrió el vidrio después de haberse graduado de psicólogo. Hoy es reconocido mundialmente por sus impresionantes piezas figurativas de vidrio soplado que hace con la técnica Messello, un método que requiere destreza, velocidad y un control preciso de la temperatura.
Elliot Walker (Reino Unido, 1988) estudió Artes Aplicadas de la Universidad de Wolverhampton. Recibió el premio Frederic Stuart por la Worshipful Company of Glass Sellers y su trabajo está representado en la colección del Museo Broadfield House.
Actualmente trabaja en la London Glassblowing de Peter Layton y es el principal soplador de vidrio de la Contemporary Chandelier Company.
Elliot Walker
Entrevista
¿Cómo llegaste al vidrio?
Comencé realizando vitrales, algunos con grisalla o esmaltes, pero principalmente solo de vidrio.
Creo que esta es una forma bastante común de comenzar una carrera en vidrio, ya que es la más accesible tanto financieramente como en términos de las habilidades necesarias para comenzar.
¿Qué es lo que más te gusta del material?
A diferencia de la mayoría de las personas que trabajan en vidrio caliente y soplado, yo no tuve un amor inmediato por el material o el proceso. Me pareció muy caótico y, para ser honesto, no soy un gran admirador de lo que se está haciendo en vidrio soplado.
Pero como material para hacer esculturas, literalmente, no hay nada parecido en el mundo.
Cuando uno logra manejarlo, puede avanzar muy rápido y probar muchas ideas y formas diferentes en poco tiempo. Creo que la inmediatez del material es perfecta para artistas que tienen muchas ideas y necesitan un material versátil para hacer frente a sus diferentes perspectivas.
¿Qué te inspira?
Mi trabajo hasta la fecha ha tomado la mayor parte de su inspiración básica del arte clásico y la escultura. Disfruto el desafío de crear formas precisas y representar objetos como langostas, frutas y peces, pero siempre trato de dar un giro a estas cosas en la forma en que se presentan.
¿Por qué te dedicas a esto y no a otra cosa?
Creo que estoy muy bien adaptado para la vida como artista y los altibajos que conlleva elegir esta vida. Pero también disfruto mucho el desafío de ganarme la vida con un material que está al borde del mundo artístico. Tal vez esto no sea cierto en algunos países, como los EE. UU., donde el vidrio es un medio ampliamente apreciado, pero en el Reino Unido el vidrio todavía se considera un material industrial y, por lo tanto, presentarlo en forma de escultura sigue siendo una novedad para algunas personas.
También me ha llevado tanto tiempo aprender el proceso, que la idea de volver a capacitarme en otro material me llena de temor.
¿Qué aprendiste, qué es importante en la vida?
Creo que trabajar con vidrio me ha enseñado muchas cosas sobre la vida, como la importancia del trabajo en equipo, de cuidar el cuerpo (algo en lo que necesito mejorar) y lo más importante, te enseña mucho sobre tu temperamento emocional, ya que hay pocos lugares tan estresantes como un estudio de vidrio.