La fusión de la forma y de la luz es el eje sobre el que gira la producción artística de Javier Soto Nantes. Una serie de piezas trabajadas sobre alabastro de gran pureza y translucidez y con la abstracción geométrica, basada en el ángulo recto, el cuadrado y el cubo, como línea argumental.
Sus esculturas están habitadas por la luz, son un respiro para el alma. Un lugar de descanso que nos dispone a la contemplación.
Transparencia, luz y pasión por la vida, eso transmiten estas maravillosas esculturas, de las que estoy absolutamente fascinada!
Nacido en Pamplona, actualmente reside en Navarra, en donde tiene su estudio y taller. Su formación artística ha sido autodidacta, trabaja la escultura desde hace 15 años.
Profesionalmente se dedica a la tecnología eléctrica (técnico de instalaciones aeronaúticas) y a la formación continua de trabajadores.
Entrevista:
¿Cómo llegaste al alabastro?
Llegar al alabastro fue algo evolutivo. Los comienzos fueron el modelado, la talla en madera, mosaicos con pizarra, aerografiados con óxidos y alabastros. Como muchos comienzos eran zigzageantes aunque con un común denominador que era la abstracción geometría.
Primeras piezas de Javier Soto Nantes
Tiempos de trabajo y estudio. Chillida , Oteiza , Mondrian , Bauhaus , Constructivismo (arte), etc., eran fuentes de reflexión y de estudio.
Chillida Oteiza Mondrian
El alabastro lo conocí para unos trabajos de mosaicos geométricos que realizaba sobre pizarra.
Esos cuadros-mosaicos de pizarra y alabastro fueron adquiriendo cada vez más volumen, hasta que se desprendieron de forma natural de la pizarra para comenzar a ser volúmenes tridimensionales, independientes, esculturas.
En este tiempo he ido depurando la técnica y evolucionando en una línea personal a la que se incorpora la utilización de luz en las esculturas.
¿Cuales son las características de este material?
Sin ninguna duda una de sus características principales es la translucidez. El alabastro y luz van de la mano.
Reciben el nombre de alabastro varios minerales de aspecto parecido. Es una variedad de carbonato de calcio o del yeso natural o aljez (sulfato cálcico hidratado), que se presenta bajo forma compacta, contrariamente a la selenita, que es una variedad fibrosa. Su nombre proviene del griego antiguo (“alabastros”), referido a una vasija sin asas para perfumes.
El alabastro es una roca sedimentaria del grupo de las rocas evaporíticas, compuesta fundamentalmente por yeso ( SO4 Ca.+ 2 H2O). Una de sus características es su translucidez y su variedad de colores que van del blanco, amarillo, naranja, ó tabaco.
Se ha utilizado desde la antigüedad, etruscos, sumerios, Egipto. Mayas y los Aztecas también elaboraban objetos de alabastro de una extrema delicadeza.
La cualidad de dejar pasar la luz y tamizarla hace que se halla usado durante siglos en espacios de recogimiento y meditación por la atmósfera tan especial que crea. Muchas iglesias del valle del Ebro, en vez de cristales tenían láminas de alabastro. De igual modo puede encontrarse en abadías y monasterios por toda Europa.
Estudio taller de Javier Soto Nantes
¿Cómo lo trabajas?
Como generalmente las piezas no son de un solo bloque, sino una construcción de pequeñas piezas, una gran parte del trabajo es manual. Por ejemplo: hacer finas láminas de 3 mm de espesor requiere un trabajo muy delicado. Curiosamente utilizo algunas herramientas de carpintería japonesa como “Kataba”, “Dozuki”, por la finura y precisión de su corte.
El taller no se parece a los clásicos de escultura, muchos visitantes se sorprenden porque parece mas un laboratorio donde prima el orden y la limpieza.
Otra parte importante es el pulido y acabado, lijas de agua con grandes dosis de paciencia, como si de un mantra tibetano se tratara, se consigue un acabado sedoso al tacto, a la luz y a los sentidos.
¿Qué dificultades tiene su trabajo?
Al margen del diseño, una de las dificultades, es la elección de las piezas a utilizar. En un mismo bloque de piedra hay diferentes densidades de traslucidez y vetas, y requiere hacer una selección a base de muestras para ver como se comporta con la luz, color, veteado, etc dependiendo del tipo de obra. A continuación siguiendo el esquema de la escultura a realizar viene la preparación de todas las piezas que la componen. El último paso es el montaje y ensamblado, es el parte de trabajo mas agradecida ya que ves tomar forma a la idea original, y por otro lado es la parte del proceso mas delicado por la precisión.
¿Cuanto tiempo te lleva realizar una obra?
El tiempo suele ser variado, pero una pieza sencilla no menos de una semana. Generalmente trabajo piezas por parejas, para poder alternar los tiempos de trabajo, y poder reflexionar.
¿Cómo comienza el diseño?
Muchas piezas nacen unas de otras, porque cuando termino una pieza y la coloco sobre el cristal iluminado, realizo multitud de fotografías, donde se plasman y descubren planos, espacios, imágenes reflejadas, que se quedan aislados en el fotograma a base de escudriñar las interioridades de una pieza. Y esos apuntes sirven de materia para nuevos diseños. Al final la idea pasa al papel con unos bocetos preliminares, (sin usar ningún software de diseño ni PhotoShop) donde se asignan medidas y proporciones.
¿Qué tenés en cuenta al momento de realizarla?
Cuando estoy realizando una obra nueva, hago muchos paréntesis para observarla y reflexionar, a veces es fácil perder la premisa del “menos es más”. Por lo que no me preocupa tanto que se parezca al diseño en papel, sino que me guste y transmita lo que llevo montado del trabajo hasta ese momento.
Otra parte es que soy fiel a las formas geométricas sencillas. El ángulo recto, el cuadrado, el cubo, los planos. Chillida decía que el ángulo perfecto era aquel cuyo ángulo era ligeramente inferior, o superior a 90 grados, porque permite una apertura en la construcción de formas que no da el ángulo recto. Yo he apostado por el ángulo recto porque la apertura perceptiva me la aporta la luz.
El color de la luz también es importante y utilizo el blanco frío. Las tentaciones de usar color hacen que se disuelvan las formas apoderadas por el color y que la obra pierda su sentido. Trato de no perder de vista que trabajo con dos elementos, el alabastro y la luz, para fusionarse en una sola: “forma y luz”.
El resultado volumétrico, es una pieza que más que estar iluminada, esta habitada por la luz, y ese aspecto maravilloso lo hace posible el alabastro.
¿Qué te inspira?
Toda la inspiración nace del diálogo con las obras.
Me preguntan: ¿en qué piensas?, no pienso, siento.
Y al sentimiento le doy forma, mediante las tensiones espaciales, las sombras y claroscuros, las vetas, distintos grados de pureza del alabastro, los volúmenes, los espacios vacíos, planos paralelos, etc.
Crear y sentir, sentir y crear, es algo que va más allá de deleitar los sentidos.
Me inspira la experiencia cuando ante la contemplación de una obra se abren las puertas de la percepción y hace que se haga consciente el inconsciente, mediante la resonancia entre obra y espectador. Aquí, si que se hace patente que vemos como somos, y si las obras nos pueden llevar a unos niveles de consciencia y emoción más altos, la empatía con la imagen, es una experiencia emocional.
Por todo esto suelo pensar que las obras son como objetos de meditación, que invitan a la contemplación serena, el resto de la historia la pone el espectador.
¿Cómo estas desarrollando tu carrera?
Trato de hacerlo con serenidad, pero estos últimos años han sido bastante vertiginosos. Han surgido proyectos interesantes que me han permitido dar a conocer mi trabajo en el extranjero.
Trabajo con dos galerías en Pamplona y principalmente con la galería holandesa NUMMER40 que ha dado a conocer mi trabajo en los Países Bajos, Alemania e Inglaterra.
Por otro lado tengo obra en Tokio, París, Bordeaux, Düsseldorf, Madrid y Barcelona.
Este año pasado fui seleccionado para participar en un proyecto colectivo en la prestigiosa feria de arte contemporáneo CUTLOG en París. También estuvimos presentes en Room-Art Fair de Madrid.
¿Qué es lo próximo?
Ahora estoy preparando una exposición para el verano 2015 en Pamplona, y un proyecto colectivo en el Museo de Arte Contemporáneo de Taipéi (Taiwán).
Javier Soto Nantes: “El alabastro y la luz, la combinación de lo material y lo inmaterial, son la
dualidad complementaria para la creación de las “unidades volumétricas”.
Los volúmenes silenciosos, que forman parte de esta obra plástica evolutiva.
La interioridad de los espacios hace referencia al propósito de transmitir los
sentimientos que evocan. Esos sonidos interiores que encuentran resonancia en
la mirada del espectador.
Es la sutileza de la luz que habita en los volúmenes, los transforma en –objetos
de meditación- que armonizan otra realidad, la realidad serena de las
emociones dialogantes que entre luces y sombras encuentran su reflejo en
algún lugar de nuestro inconsciente.
Quiero crear espacios en los que poder explorar los límites de lo visible y de lo
invisible, de lo tangible y lo ilusorio, y percibir las vibraciones de la obra. Por
todo ello es propósito transformar la visión en emociones que afloran desde
nuestro interior, y la contemplación serena nos introduce allí donde los
sentimientos subyacen, allí donde habitan los espacios interiores.“
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