Kim nació en Hô-Chi-Minh-Ville, Vietnam en 1976. Posteriormente, se mudo a Francia donde ingresó al mundo artístico; en un principio desde el estudio del textil y luego el vidrio.
El vidrio lo trabaja de un modo singular, sin molde y a través de soldaduras construye amplías redes a las que le da forma. Una de las características más llamativas es el uso del vidrio traslúcido que resalta el trabajo en horadado.
Tanto las redes tejidas en vidrio, como las formas orgánicas que fabrica dan cuenta de su gusto por la neurociencia, la física cuántica y la filosofía oriental.
Estas grandes esculturas parecen flotar en el aire, livianas, suspendidas evitando la gravedad. La puesta curatorial de las obras es clave en la presentación, la oscuridad total en la que presenta las grandes piezas permite que la luz solo se haga presente en el vidrio.
La artista ha dicho acerca de la obra:
“territorio inexplorado para entablar un diálogo silencioso con los ‘extraños’ que viven en nosotros. Esas esculturas surgen de la voluntad de recuperar dentro de cada uno de nosotros lo que es común en nuestros orígenes fetales”.
Kim KototamaLune está representada en la actualidad por Da-End Galerie.
