La escultora japonesa Mika Aoki muestra una reverencia por la naturaleza en su obra. Sus esculturas de vidrio de formas similares a esporas parecen estar siempre en movimiento, balanceándose con un viento tranquilo o con la corriente profunda del océano. Las formas, tan delicadas y detalladas, que no deberían haber sido creadas por manos humanas.
Sus esculturas de vidrio revelan la belleza en descomposición, combina una fascinación por lo físico y lo orgánico para producir sus instalaciones que invitan a la reflexión. Las estructuras de vidrio cuidadosamente elaboradas parecen crecer en formas misteriosas de hongos a través de este automóvil abandonado y oxidado.
Mediante el uso de materiales industriales, Aoki puede resaltar la supremacía de la naturaleza e inspirar la reflexión sobre lo que será después de que nos hayamos ido.
La habilidad técnica de Aoki se puede atribuir, al menos en parte, a su educación en la prestigiosa Escuela de Diseño Industrial, de Interiores y Artesanal de la Universidad de Arte Musashino (MAU). Quizás fue aquí donde Aoki perfeccionó su habilidad para contextualizar magistralmente un objeto para lograr un efecto emocional específico. Las personas se relacionan con las cosas: podemos tener vínculos emocionales con los objetos.
“Her Songs Are Floating” es una ambiciosa pieza de instalación basada en un hermoso automóvil antiguo que se ha desgastado con el óxido. Ubicado en una habitación oscura y tenuemente iluminado con luz azul, parece flotar como en un sueño. Grupos extensos de formas similares a esporas brotan a través del parabrisas, las ventanas laterales y el techo del automóvil, alcanzando, brillando hacia la luz de arriba. Aoki describe esta pieza así:
“En todas partes, formas como esporas u hongos crecen y se propagan. Criaturas como gusanos transparentes se arrastran en fila. Desde la superficie del techo hasta el aire sobre él, crecen plantas y sus raíces se extienden hacia abajo desde el techo del automóvil. Cuando te sientas en el asiento del auto, sientes como si tú y el auto estuvieran hundidos en el fondo del mar… Criaturas transparentes [iluminadas] por la luz de la luna brillan tranquilamente… Diversos sentimientos [y] recuerdos que habitan dentro de las cosas que mueren crecen en silencio y empezar a rociar esporas invisibles. La actividad rodea todo el espacio, como si la chica que solía ser dueña de este auto todavía estuviera cantando allí. Vidas transparentes que lo aceptan todo, se unen y escinden repetidamente dentro de sus cuerpos, absorben espacio y crecen”.