
En un discreto rincón del Crumlin Business Park, en Dublín, se esconde uno de los talleres más emblemáticos del arte del vitral en Irlanda: Connon Stained Glass. Allí nos recibió Evan Connon, maestro vitralista, restaurador y custodio de una tradición que se remonta a su abuelo, aprendiz en los míticos talleres de Harry Clarke, figura clave del movimiento Arts and Crafts irlandés.



Desde que se cruza el umbral del taller, se percibe una atmósfera única: olor a estaño caliente, mesas de trabajo cubiertas de bocetos, cartones, vidrios de colores brillando bajo la luz natural y un silencio solo interrumpido por el corte seco del vidrio o el murmullo del pincel cargado de grisalla. Evan nos guía con calma y generosidad, compartiendo detalles de su proceso creativo y técnico, y recordando con orgullo sus años de formación: una rigurosa pasantía de ocho años en Earley Studios, donde aprendió el oficio desde la base.
Su trabajo abarca tanto la creación de nuevas vidrieras como la restauración de obras históricas. Entre sus proyectos más destacados se encuentran intervenciones en la Catedral de San Patricio y Christ Church Cathedral, dos íconos del patrimonio arquitectónico irlandés. En cada caso, Evan busca devolverle al vidrio su esplendor original sin borrar el paso del tiempo, trabajando con técnicas reversibles y respetando los materiales originales.



Durante la visita, nos detuvimos especialmente en el proceso de restauración: limpieza, ensamblaje y pintura a fuego. En cada etapa se evidencia una relación casi íntima con el vidrio, que Evan trata no solo como un material artístico, sino como un transmisor de historia y espiritualidad. Su colección de más de 1?800 placas de vidrio procedentes de todo el mundo da cuenta de una búsqueda constante por la excelencia cromática y la fidelidad al estilo original de cada obra.
Más allá de su destreza técnica, lo que realmente conmueve es su compromiso con el oficio y su visión clara: preservar el arte del vitral como parte viva de la cultura contemporánea, no como reliquia del pasado. En un mundo que tiende a lo efímero, la labor de Evan Connon nos recuerda el valor de lo hecho a mano, con tiempo, con memoria.
Visitar su taller fue mucho más que observar un proceso artesanal; fue asistir a un acto de resistencia luminosa frente al olvido.
Instagram: connonstainedglass
