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Mujeres, fuego y cosas peligrosas por Marisa Domínguez. Capítulo 3

By 19 agosto, 2022No Comments
Silvia Levenson Glass Artist Objetos con Vidrio 2022IYOG

La artista Marisa Domínguez realizó una serie de preguntas a importantes artistas del vidrio. Las entrevistadas fueron: Andrea Da Ponte, Miriam Di Fiore, Karina Del Savio, Claudia Golzman, Paula Lekerman, Silvia Levenson, Rita Neuman, Antonella Perrone y Javiera Yañez Correa.

A continuación el tercer capítulo de la investigación realizada por la artista Marisa Domínguez.

Aquí disponible el capítulo 1 y el capítulo 2.

La investigación se compone de una serie de preguntas a grandes artistas del vidrio.

Las entrevistadas son: Silvia Levenson, Andrea Da Ponte, Miriam Di Fiore, Karina Del Savio, Claudia Golzman, Paula Lekerman, Rita Neuman, Antonella Perrone, Javiera Yañez Correa

3- ¿Qué cualidades del vidrio te atraparon?

Andrea Da Ponte– Siempre fui en búsqueda de la línea perfecta,  cuando saliera el vidrio del horno la línea no se dilatará. Comencé realizando la transferencia digital en sepia con impresora a toner siendo alumna, nadie en la escuela la trabajaba y mis profesores me dieron libertad total de acción ( si no les comía la cabeza, como pájaro carpintero). Puntapié para mi búsqueda personal e individual, no había formación en la escuela con el desarrollo de la técnica,  fracasé muchas veces hasta que llegué a un buen resultado. Me gusta mucho la tecnología, la química, como ya tenía la linea empecé la búsqueda del color. Mi marido es ingeniero químico, y la verdad que él, en vez de decirme esto es así, así y así, me decía busca en el segundo estante a la derecha, porque era época de libro, entonces yo a la vez que estaba estudiando la carrera,  experimentaba y estudiaba mucho paralelamente. Soy intensa en todo lo que hago, me meto de cabeza, así empecé con la imagen. Me recibí como docente en la Escuela del Vidrio de Berazategui y me dan seis materias, una es Tecnología de los Materiales y otra Serigrafia. Ahí uno el color y la línea en el vidrio. 

Miriam Di Fiore– Todas, la transparencia, el diálogo con la luz, me encanta el diálogo contínuo con el material. No puedes no respetar sus reglas, ni olvidar ninguna de sus necesidades, no puedes distraerte y siempre la obra es fruto de un acuerdo íntimo entre los dos. Y me fascina también su posible pero frágil eternidad. Si se respetan las reglas y las necesidades, una obra en vidrio la destruye solamente con un acto de violencia, natural, accidental o voluntario. Potencialmente, es eterna. Pero si quien la realiza no las respeta, la obra quedará inquieta y antes o después, se romperá sola. Esta condición me hace pensar en miles de analogía con la vida, ningún otro material me permite tantas divagaciones, intelectuales y emocionales.

Karina del Savio– La del líquido congelado, básicamente me gusto mucho ver cómo se congela su movimiento, ahora ya he perdido esa fascinación primera y me gustan otras cosas como la piel y la sedosidad que se puede alcanzar trabajando la superficie. 

Claudia Golzman– La transparencia en principio, luego la fascinación que me produjo verlo fluir incandescente.

Paula Lekerman– Esto fue cambiando a lo largo del tiempo pero creo que sobre todo es su capacidad de transformación la gran capacidad de maleabilidad a pesar de la dureza en frío y la posibilidad de tomar la apariencia de materiales disímiles como carne, piel, tela. Etc.

Silvia Levenson– Creo que lo que me interesa es la ambigüedad de un material que contiene y protege pero que sabemos que se puede romper y herirnos. Para mi es el material ideal para relevar lo que no podemos o no queremos ver.

Rita Neuman– Como ya dije me fascina la luz, su transparencia y su fluidez. O sea su transformación a través del fuego.

Antonella Perrone– Yo creo que todos vamos a decir lo mismo la transparencia y la fragilidad, son como las cosas más obvias y evidentes, a mi también me resulto interesante es que sea algo con lo que te podés lastimar tan fácilmente, suena medio raro pero es lo que me viene.

Javiera Yañez Correas–  Las cualidades del vidrio que me atrapan es la capacidad que tiene de pasar de un estado líquido a un estado sólido, la transformación de un elemento totalmente vulnerable a un elemento fuerte y la transmisión de la luz.

4- ¿Existió alguien en tu infancia que te habilitará para acceder a este mundo atravesado por el fuego?

Andrea Da Ponte– Yo perdí mi mama hace un año, antes de lo de Corning en diciembre le agarro un infarto y falleció y la perdida de ella fue tremenda, todo este año que no paré tuvo que ver con eso, que termino en un pico de stress, mis abuelos son de La Boca son inmigrantes, españoles, mi abuelo marino, yo me crie en La Boca y cuando Canal A me dice que la muestra iba a ser en el Quinquela Martin, fue un shock,  mi abuelo era amigo del cuidador de la casa de Quinquela y cuando yo tenia siete u ocho años y me pasaba las tardes jugando entre las cosas de ese casa, cuando me dice que va a ser ahí la muestra, las bolas que iba a mostrar era una roja, una verde, una amarilla yo no sabia que iba a ser ahí, había algo raro ese era mi lugar de niña, yo paseaba por caminito, mis abuelos vivían en Almirante Brown y Villafañe, yo fui a la escuela popular de La Boca que mi abuelo me llevaba a dibujar y a aprender dibujo, no hay algo directo con el fuego, pero si me atrapa el hecho de poder uno modificarlo a través de la temperatura, porque el fuego no es algo que lo tengamos en contacto constante, yo vengo de los fogones, el fuego reúne. Y mi mamá que es una persona de mucho peso en todo lo que yo hago, porque desde muy chica me animo a hacer todo lo que a mi me parecía imposible, fue una persona muy positiva, de avanzada y siempre me decía el no ya lo tenés, anda para delante. Decía vos siempre intentalo porque sino te vas a quedar con eso de si lo hubiera hecho, si lo hubiera intentado, cuando vos te crías con eso. Ella era siempre la que me lanzaba y por otro lado mi mamá era una hacedora de reunir gente para comer, a través de la comida y a través del fuego que muchas veces ella prendió la parrilla, le daba de comer a la gente como un acto de amor, reunía en la comida a gente que quizás no tenía donde pasar la navidad y terminaba en la casa de mi mama y mi papa, abierta para todo el mundo, tuve una infancia muy feliz Y ella siempre me ayudó a desarrollar mi carácter, era muy inquieta, y mi mama me incentivo a que siga.

Miriam Di FioreAurelia Cushie, fue una artista, pintora, dibujante, escultora y poeta. Los libros con sus dibujos acompañaron mi infancia y la de muchos de mi generación. Aprendí a dibujar y a modelar antes de aprender a escribir. Cuando era una joven ceramista (Loli Hammer) abrió un taller en mi ciudad, Miramar, mi madre me mandó a sus clases y me enamoré de las artes del fuego.

Karina Del Savio– No, en lo absoluto.

Claudia Golzman– No puedo nombrar a alguien específicamente, pero en mi infancia/ adolescencia hice un paso por talleres en donde entre otras técnicas plásticas, se trabajaba cerámica y metal esmaltado a fuego.

Paula Lekerman– No por el fuego, ni alguien en particular, si tengo grabada la imagen del muestrario de vidrios de color de la vidriería de mi abuelo, en donde pasaba la tarde.

Rita Neuman– No, solo tengo presente la habilidad de mi padre para crear con sus manos.

Antonella Perrone– Mi infancia, mi bisabuelo que yo no lo conocí, vivía en Barracas muy cerca de la Boca tenía una farmacia y tenía gran vínculo con los artistas de La Boca en ese momento él se juntaba, los invitaba a comer, mi bisabuela como buena mujer de la época amasaba ravioles caseros para todos y como que mi abuela continuó con esa inclinación e interés artístico a pesar que estudió Farmacia, nada que ver. Sin embargo, ella siempre fue bastante habilitante de la inclinación artística y yo creo que iría bastante por ahí. No es específicamente por el fuego, pero ella tenía una valoración de la escultura, de la pintura, del hacer artístico y como también siempre una cosa un poco frustrante por no haber podido ella dedicarse a la literatura que le interesaba.

Javiera Yañez Correas– En mi infancia mi tía Maga, le decían, era muy conocida en Mendoza, ella tenía el almacén Mágico y ahí descubrí unas piezas en vidrio que hacía un vidriero que conocía ella, eran hermosas y maravillosas y me enamoré perdidamente, eran unos arbolitos que tenían unos pajaritos hermosos. No digo que eso me llevó a buscar el vidrio pero me quedó un registro fuertísimo y cuando apareció el vidrio en mi vida fue el primer registro que aarece.